Nuevo blog


Simplemente decir que he cambiado de blog. Ahora escribo fundamentalmente en Blog Personal de Pequeñas Cosas. Cosas de la vida, que nos plantean la necesidad de renovar y seguir adelante.

Os invito a visitarlo, seguirlo y suscribiros por email o a través de Facebook. Será un placer seguir en contacto con vosotros.

Un post con todos los post del trimestre


Si sigues leyendo llegarás a una entrada, y con paciencia, sabrás hallar el lugar en el que hacer click para encontrar un .pdf en el que están todos los post escritos en el blog renovado «Preguntarse y Buscar» del trimestre que terminamos. La edición será mejorada, pero aquí pongo a vuestra entera disposición gratis lo que recibí gratis, y además viviendo. (seguir leyendo)

GRATIS. Anúnciate.


Hoy me ha llegado un correo fabuloso, con una propuesta extrañísima en los tiempos que corren. Me ofrecen espacio en una web (no haré propaganda) para colgar este blog y otros. El argumento que me ofrecen es “anunciarme gratuitamente“. Así de sencillo, sin más. Cogerán un logo que lo identifique, y lo enlazarán. Sin mayor trabajo, sin mayores implicaciones, así de cómodo y fácil en la era de la tecnología. Para los que sepan algo de esto, no hay ningún misterio escondido. (seguir leyendo)

Será Navidad. Incluso a pesar de lo que hagas. Será Navidad.


Ayer aprendí una gran lección de labios de una joven universitaria. Todos compartíamos sobre el sentido de estos días. Aunque tendría que decir que hablábamos del sinsentido de estos días. Unos se quejaban del consumismo. Otros ponían mala cara porque en su familia había tal o cual tensión, y les tocaría verse las caras de nuevo a pesar de los esfuerzos de todo el año por no cruzarse… (seguir leyendo)

4 virtudes para débiles – A mí me vienen bien


En más de una ocasión, cuando leo algo sobre “virtudes” lo primero que me pregunto al terminar es quién puede hacer algo así, llevar una vida de tanta radicalidad, entereza, coherencia, firmeza, compromiso, fortaleza, honor y grandeza. Las virtudes para fuertes, lo siento mucho, pero no puedo considerarlas como virtudes. (seguir leyendo)

Jesucristo puede salvarte


Antes de nada, aviso que este post es principalmente para creyentes, para quienes tienen fe. Nunca impediré que otros lo lean, pero quiero dejar claro que está escrito para personas como yo, en mi situación, que caminamos en este mundo sin apoyarnos exclusivamente en nosotros mismos, ni en la razón, ni en los otros, y que contamos con Dios en lo cotidiano. Es fruto de una de tantas conversaciones excelentes de alguien que me pedía que le salvara, que le sacara de donde está. Él tiene fe, desde hace tiempo. Y con cuya vida siento que estoy implicado. Dios hace estas cosas. No para que salvemos a nadie, sino para que descubramos, unos y otros, que Él es Salvador.  (seguir leyendo)

Heridas provocadas por la Iglesia


Esto nunca me ha dejado indiferente. No lo digo como una afirmación, sino como constatación de múltiples historias. Como voy “de cura”, aunque a otros curas les siga extrañando, hay quienes no pierden oportunidad para hablar de estas cosas de la Iglesia. (seguir leyendo)

Deudor de tus palabras


Cuando escribo no pienso en quienes me enseñaron ni a leer, ni a escribir. Debería hacerlo, pero se me olvida. Así de torpe soy, o somos, si a ti también me pasa. Pero sí me vienen a la memoria muchas personas de quienes he copiado palabras, de quienes se me han pegado frases y giros, o aquellos en quienes me sumergí de joven para jugar con sus posibilidades, voltearlas y disfrutar combinándolas, o aquellos con quienes comparto esquemas, pensamientos, sentimientos, formas de nombrar la vida, las cosas y el mundo. No fue un robo, sino una acogida. (seguir leyendo)

El mejor del mundo renuncia a ser el mejor del mundo


Hoy les he explicado en clase a mis alumnos que la mayor gloria que un profesor puede tener, a mi entender, es que sus alumnos sean mejores que él. Hablábamos de Buber y Levinás, no era un comentario de pasada, sino una realidad filosófica, metafísica ética. Por la tarde, aprovechando el tweet de un exalumno, se lo he recordado. ¡Debes ser mejor que yo! ¡Hasta entonces no seré un buen profesor! (seguir leyendo)

Entre contrarios y paradojas


Perdonad que no me calle, ni permanezca en silencio con el bozal inhumano que conforma a tantos. Perdonad si lo que digo hoy nace de la imprudencia, de la insesatez, de la pasión. Perdonad si no os gusta, porque siempre intento que os guste. Si no el contenido, al menos la forma. Si no la forma, al menos el contenido. Perdonad, insisto nuevamente, si no digo lo acostumbrado, lo que hay que decir, lo común al universo. (seguir leyendo)

Rostros desdibujados


Hay días en los que no sé si soy persona porque miro o porque me miran. Lo digo con sinceridad, abierto a cualquier matiz. No sé si alguien aislado, tapado, oculto y anónimo puede considerarse, sin más y porque sí, una persona. (seguir leyendo)

El bien que hacemos cuando hablamos bien de alguien


No sabemos el bien que hacemos cuando hablamos bien de alguien. No lo sabemos porque no le conocemos, ni si él conocía o no eso de sí mismo. Hablar bien será la manera más perfecta de corrección a otra persona (tú eres más que eso, tú vales más que eso, tú eres mejor que todo lo que haces). Hablar bien será, sin duda, el mejor acompañamiento que podamos hacer a un niño o a un joven, en la familia o en la escuela, y también a su padre, a su madre, a sus hermanos, a su profesor. (seguir leyendo)

El amor abre los ojos


Al que dijo que el amor es ciego o cegaba, habría que… quererlo un poco más. Pobre hombre, o pobre mujer, de tan pobre intelectiva e ingenuidad tan espantosa. Esto lo dijo en los tiempos en los que las cosas se RT por azar y sin pensar, no como ahora, que hemos aprendido a ser selectivos y filtrar bien los contenidos. (seguir leyendo)

5 graves peligros de Twitter


Esta red social, de mensajes breves y concisos, con sus links y con sus hahstags, reúne a más de 500 millones de usuarios por todo el mundo. Al menos en cuanto al recuento de perfiles, de lo cuales unos tendrán más movimiento que otros. El caso es que con sus 300 millones de tweets diarios (haz cuentas para saber cuántos son por minuto) tiene un poder enorme. Ya somos testigos de su capacidad para convocar, para hacer pensar, para influir políticamente, para mostrar la vida cotidiana de las personas, para colarse en las casas de la gente. Con todo, constituye una realidad creciente. No sabemos qué será dentro de diez años. Por eso, conviene pensar dónde vamos, y con qué instrumentos remamos hacia el futuro. (seguir leyendo)

7 cosas que no son pecado


Esto del “pecado” es una cuestión redundante, que alcanza prácticamente todo. No deja en paz ni lo más sagrado. Se oculta entre apariencias y confunde lo bueno y lo malo. Sobre esto hay muchas preguntas, pareceres, opiniones, criterios, opciones. En ocasiones tengo la sensación de que, diga lo que diga, no se va a entender bien, ni se quiere tener en cuenta o escuchar. Es como si viviésemos de espaldas a su realidad, no quisiéramos mirar, y nos conformásemos con “el traje” que recibimos de pequeño. (seguir leyendo)

Criticarse a uno mismo


Si alguien dijo alguna vez que “criticarse a sí mismo era fácil“, creo que se confundió de plano. Lo fácil, cómodo y simplón es hacer juicios sobre los demás, meternos en sus vidas nos pregunten o nos pregunten, con o sin permiso. Desde la superficie de la falta de complicidad entre ambos, todo responde a patrones más claros y nítidos, de modo que comentar la vida de otras personas con dos o tres cosas que podemos conocer se convierte incluso en una especie de juego infantil, o puzzle de diez piezas grandes. (seguir leyendo)

Deberíamos hablar más de eternidad


Cosas de curas y monjas, de gente religiosa. Y no se equivocan. Aunque yo les diría que es para todos, que aquí nadie se guarda ninguna carta, y ningún billete. Cosas de la iglesia, también, que estos días no pide que leamos el Apocalipsis. Mis alumnos también hablan de este libro, y la gente pregunta de vez en cuando por ahí como queriendo indagar y saber más, o peor, creyendo que sabe mucho de algo de lo que sólo podemos hablar en imágenes. Y a mí me nace pensar que deberíamos hablar más a la gente de la eternidad. Y de que todos estamos llamados a ella. (seguir leyendo)