¿Ser o parecer?


Necesitamos hacer distinciones para conocer a fondo la realidad. Esta es una de las primeras que solemos hacer, porque la experiencia nos muestra precisamente eso: que no todo lo que parecer ser, luego realmente resulta siendo; que no todo lo que se aparenta, está tan incrustado en la vida como para poder decir que «es realmente»; y que todo lo que se es, tampoco se muestra. Existe una fractura, tan real como la vida misma, entre lo que se parece y lo que se es. Cuando no mostramos lo que somos por propia iniciativa decimos que llevamos unas «máscaras» encima que impiden a los demás ver nuestro propio rostro, quienes somos realmente, y andamos jugando a «mostrar» y «ocultar». Pero otras veces nos resulta complicado darnos a conocer, no porque llevemos máscaras, sino porque aparecen cosas «particulares» de nosotros mismos sin poder darnos a conocer totalmente. Esta experiencia, para quien la vive, le resulta totalmente imaginable y le puede poner palabras. Está por encima de las timideces incluso, por encima de las introversiones, por encima de todas esas cosas de las que se suele hablar. Es la experiencia de quien se ha parado más de una vez a preguntarse por qué si es sincero no acaba por hacerse entender, por qué si lo que hace es amar termina siendo tan criticado.

Así de sencillo. Así de simple. Y así de eficaz. Pero también esto nos ayuda a reflexionar más a fondo, a dudar incluso de la vida tal y como la llevamos. A pensar que los demás no reciben de nosotros «lo que somos» a palo seco, sino «lo que aparentamos». Controlar la imagen que proyectamos es fundamental, ser educados en eso también es de vital importancia.

Esto me hace pensar bastante. Creo que la pregunta del inicio, más que «o» debería decir «y». Todo cambiaría: ¿Ser y parecer?

Un saludo

Deja un comentario