¿Vidas entusiasmadas?


Nada hay más hermoso que sentirse vivido. Una poesía me lo recuerda. Una llamada me hace presente, interiormente, que hay otro ser por quien vivo el mundo, por quien miro con sus ojos, por quien recuerdo lo que conozco y adelanto lo que no ha sucedido, por quien confío y espero y siento.

Los niños, los pequeños, lo viven con sus padres, de su mano. Siempre cerca, siempre próximos. Sin perderse. El miedo a alejarse les hace palidecer. El miedo a la distancia interrumpe su libertad, porque es más importante el amor; mejor dicho, son incapaces de sentirse libre sin el amor recibido.

Vidas entusiasmadas, sí. Llenas de Dios.

Deja un comentario