¿Veré algún día tantas y tantas fotos?


Creo que no soy el único que piensa que necesitamos mucho tiempo para ver la grandísima cantidad de fotos que acumulamos y acumulamos y seguimos acumulando. Más o menos ordenadas, dependiendo de los usuarios. Pero en común, miles y miles de fotos. Retratos solo y acompañado, con paisajes de fondo y de lugares emblemáticos, con amigos, con colegas, con otros trabajadores o estudiantes, con la persona que acabo de conocer… en la misma postura en distintos momentos, para ver cómo crezco o para mirarme simplemente. Son fotos y fotos. Es casi angustioso comprobar todas las posibilidades que hay y hacer cálculos de cuántas me quedan por hacer o el número total de las que tendré. En breve necesitaré una memoria externa para su almacenaje, no para verlas, sólo para conservarlas. Espero que los programas de ordenador siguientes guarden la posibilidad de abrir las fotos antiguas. Ya son miles. Cuando los abuelos enseñen las fotos a sus nietos, los nietos tendrán más fotos que ellos. Y cuando estos niños crezcan hasta ser abuelos, no podrán enseñar a sus nietos las fotos, porque está descartado tener al niño durante una semana sentado delante del ordenador viendo pasar y pasar. Nadie hace, o pocos, síntesis. Ni siquiera la mayoría se detiene a ponerle nombre. Es el número que le asigna la cámara, con infinidad de dígitos, y creciendo.

¿Algún día las veré? No lo sé. A mí me cansa que mis amigos lleguen de viaje con más de cuatro mil fotos. Me abruma, me deprime. No puedo ver tantas. Ni siquiera creo que la selección de quinientas sea adecuada. Por qué no menos, por qué no una que condense la experiencia. Hemos perdido la capacidad de síntesis en función del mogollón de información. Es como la capacidad de crítica, que se deteriora con las posibilidades de acceder a la verdad siempre parcialmente.

Creo que no. Que no las veré. Creo que es imposible. Creo que no es viable. Creo que es parte de la necesidad que tenemos de mostrar a las personas lo que somos, de mostrar todo cuanto somos. Sabemos, lo dice nuestro interior, corazón, conciencia, que deseamos alguien con quien compartir absolutamente todo. Nos alegraría esto. No son las formas, la verdad, pero se respira el anhelo de lo profundo, de la memoria compartida. Se desea, se consigue parcialmente. Pero tienen que existir otras formas más preciadas, más humanas y menos tecnológicas. ¿Por el amor se llega a esto? Quizá sí. Creo que fue el intento de Dios al encarnarse, no al retratarse, sino al compartir su vida por amor.

3 comentarios en “¿Veré algún día tantas y tantas fotos?

  1. Sabes? A lo mejoR es aBsuRdo guardar tantas y tantas fotos, lo reconozco. Nunca habrá tiempo para verlas, perderías tanto tiempo intentando contemplar tu pasado que perderías parte de tu presente (..y futuro).
    Pero es bonito, entre tantas y tantas fotos que almacenamos, a veces pararse a recordar. Ver una foto, admirarla y darse cuenta de lo mucho que puede llegar a recordarte una foto (una simple foto?), recordar lo que sentías y lo que estabas viviendo entonces.
    Supongo que nos hacemos tantas fotos por la inseguridad de no recordar lo que hemos vivido.. no sé. Quizá es algo parecido a cuando queremos controlar algo, que buscamos nombrarlo. Supongo que es algo así.

    Jeje, me hace gracia lo de la memoria externa. Dentro de poco necesitaremos una memoria externa, y de gran capacidad.
    Bueno, la cantidad de álbumes de fotos que hay en las casas de cada uno ya son prueba de que necesitamos valernos de algo externo para recordar todos esos momentos que capturamos en una foto.

    Yo creo que tampoco veré tal cantidad de fotos.
    De momento me gusta escribir acerca de una foto, me gusta elegir una de tantas y comentar.. compartir lo que me sugiere.

    mm.. no sé si por el amor se llega a esto.

    Supongo que todo lo intentamos hacer por amor.. pero.. resulta curiosa la pregunta.

  2. Estoy de acuerdo en lo de la capacidad de síntesis. El problema no es hacerse fotos. El problema no es tener muchas fotos. El problema es meter en el mismo saco las fotos que son algo y las que no lo son. Ver fotos de viajes de colegas es ahora imposible. Yo tampoco soy capaz…

    Un abrazo

  3. ¡Casualidad o no! Me asalta esta pregunta en el facebook, mientras me siento desbordada por miles de fotos acumuladas desde mis primeros años de vida y que intento seleccionar en forma de regalo para llenar los corazones de personas importantes en mi vida…

    Cada año me enfrento a este reto, me gusta como «regalo» de fin de año hacer un montaje con las fotos que creo podrían resumir mejor mi año y siempre en forma de gratitud a la gente que lo ha vivido a mi lado.

    Sin duda, siempre acabo con la misma sensación: que agradecida me siento por tantos y tantos momentos tan maravillosos, por la gente que me rodea y por supuesto, por tantos y tantos momentos en forma de palabra, sentimiento o simplemente encuentro inesperado, que una foto jamás pudo captar.

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